Por: José Silva
¿Sabes?
La tierra necesita de la lluvia,
para que la semilla produzca el fruto y el fruto nos alimente.
Así como la mente, del razonamiento;
el corazón, de los afectos
y el espíritu,
la esencia de lo que pienses, quieras y sientas.
Entonces,
¿Qué piensas?
¿Qué quieres?
¿Qué sientes?
Que en lo que has sentido, querido y pensado,
en vez de colmar las expectativas,
dudas han aflorado.
Aún así,
sigue mirando adelante.
La búsqueda te agita, te tienta, te empuja, te indica que:
Al miedo se lo enfrenta,
al vilo se lo alienta
y al débil se lo fortalece.
Sencillamente,
pensado querer sentir que,
en la simpleza de vivir:
sufre el que ama,
ama el que llora,
llora el que siente,
siente el que grita,
grita el que daña,
daña el que calla,
calla el que habla,
habla el que ve,
ve el que sangra
y sangra el que odia.
Porque dañas, sangras,
gritas, sufres y lloras.
Si callas lo que amas.
Si hablas lo que sientes.
Y sólo curas...
si corriges lo que ves
y expeles lo que odias.
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