Por: Juan Carlos Mortati
El resultado de las PASO a nivel local realizadas el pasado domingo permite al Frente
para la Victoria-PJ
mirar las elecciones generales de Octubre con un realista y cauteloso
optimismo. Y esto sin lugar a dudas, porque el Peronismo logró ese éxito en las
Primarias consolidando su voto más puro.
Las elecciones legislativas tienen la
característica de poner en escena un voto sin apremios, más libre y volátil. En
ellas no se juega un liderazgo municipal sobre la Comuna, sino la composición
de fuerzas políticas en el seno del Concejo Deliberante y muchos apuestan a una
formación heterogénea y compensada del mismo. Esto contiene su aspecto positivo
y también sus desvalores. Pero, históricamente, el comportamiento del
electorado fue relativamente puntual en su respuesta de opción partidaria, a la
hora de los recambios de quienes ocupan las bancadas del cuerpo deliberativo.
Es decir, votaba con amplia libertad de opción.
ANALISIS
Y ESTRATEGIAS
No siempre, como suele ocurrir en el futbol,
se puede ganar por goleada. Muchas veces, los resultados favorables se logran
con los dientes apretados, exigiéndose, sufriendo y transpirando la camiseta. Las
palabras de Cittadini, en medio del sincero entusiasmo reinante en la sede de la calle
Otamendi, así lo sintetizaba: “les agradecemos infinitamente a cada uno de
ustedes por la militancia, porque este triunfo no es de nosotros, los miembros
de una lista, sino de todos ustedes y del Intendente Municipal por su obra de gobierno”. El
reconocimiento al núcleo más acervo del voto justicialista y al factor realizador
de cada gestión de signo peronista, clarificó también los objetivos de acá a
las elecciones de octubre.
Por un lado, intensificar la performance del
trabajo territorial, caudal y característica indeleble de la movilización
peronista, y por otro, dinamizar la impronta ejecutora de la gestión, que ya
empezó a mostrarse, una vez que logró
soltarse, no sin dificultades y costos políticos, de un lastre
económico-financiero con cuyo peso debió encaramarse en el ascendente desafío
de su gobierno. Esto último abre un escenario de gran importancia, ya que es un
panorama catalizador de la opción electoral de los sectores independientes.
Otro filón electoral a mirar con atención lo
constituye la nueva franja de votantes conformada por los jóvenes, los
ingresados para esta etapa electoral y también aquellos que integran ese amplio
universo, de alguna manera, todavía virgen en el espacio de las ideologías y
éstas encarnadas en convicciones.
IDEA,
IDENTIDAD Y PROYECTO POLITICO
Nada esta escrito en tono final. Octubre es
un horizonte electoralmente abierto. Pero eso sí, no está en juego para
entonces una opción lánguida, intrascendente, “cualunque”, variopinta. Por el
contrario, la próxima elección constituye un
tránsito fundamental en la profundización de un proyecto político, ya
que el Concejo Deliberante sigue siendo la veta institucional donde cada
iniciativa a partir del debate, despliega ideas, contenidos y ratifica el
alcance y objetivo de cada proyecto político.
Las primarias significaron una instancia tentativa, el diseño de una
tendencia, queda por delante un trabajo fino, pulido, donde la definición de
cada votante adquiere consistencia, donde se moviliza la búsqueda de una
opción, no transitoria, ni como resultado de una atractiva circunstancia, sino
como el caudal de la fuerza con la que
cada uno en su pensamiento y en su vivencia se identifica. En Octubre el
voto se consolida en un posicionamiento donde ideología y convicción conviven
en un mismo camino, por el que anhelamos transitar para la construcción de una comunidad para todos.
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