Las distintas organizaciones se nuclean en Unidos y Organizados. El rol conductor de La Cámpora. El PJ como una herramienta importante pero no central. Realizarán un nuevo acto, que podría ser en La Plata.

“La pregunta es si Vélez fue un punto de llegada
o un punto de partida. Si decidimos, si decide la Presidenta, que la respuesta
es la segunda, entonces Unidos y Organizados es la consecuencia lógica de tomar
esa opción.” La definición pertenece a un diputado oficialista que participó de
varias de las reuniones en las que, desde hace ya más de un mes, comenzó a
delinearse qué forma tendrá el armado que pretende conseguir algo que el
kirchnerismo no logró en una década: una orgánica propia que sirva para
articular a su alrededor a ese espacio variable y heterogéneo que es el FpV,
desde el PJ hasta otros aliados menores, desde un lugar de centralidad. Así, en
este espacio conviven, bajo la conducción de La Cámpora, los principales
armados políticos del kirchnerismo, sumados a un puñado de agrupaciones de tipo
sindical, social o cultural, en un esquema de articulación que intentará
replicarse en todos los distritos, con la vista puesta “tácticamente” en las
elecciones de 2013 y 2015 pero que “estratégicamente” proyectan más allá.
“El que no está en Unidos y Organizados no es
kirchnerista”, resume crudamente Quito Aragón, referente de la Corriente
Nacional Martín Fierro. Lo cierto es que si se aplica el criterio (muy
extendido puertas adentro) de dividir al oficialismo entre “propios” y
“aliados”, los unos formarán parte del nuevo armado y los otros quedarán
relegados a un rol cada vez más secundario. La idea, justamente, es desplazar
al PJ del rol central que ocupa, por default, en la coalición kirchnerista,
confía un eximio armador oficialista consultado por este diario. “La Cámpora
por su cuenta no tiene el peso específico, como no lo tienen el Evita, Kolina,
Nuevo Encuentro o ningún otro espacio –explica–. Ahora, si se logra que todos
los espacios que conforman el kirchnerismo articulen en el territorio y hay
voluntad política, la correlación de fuerzas ya es otra.”
La siempre tensa relación que el kirchnerismo
mantuvo con el justicialismo desde el 2003 no es un tema menor a la hora de
encarar un armado de estas características. “El PJ es un partido político, una
herramienta política más dentro del kirchnerismo. Una muy importante, claro,
pero hoy en día no es la central”, asegura Aragón. “Por ahora, el peronismo
está fuera del esquema. Lo que pase en adelante dependerá de varias cosas,
principalmente de cómo evolucione la relación con Scioli”, señala un legislador
del FpV que también conoce las internas justicialistas. De todas formas, varios
dirigentes que forman parte o provienen del PJ, entre ellos varios intendentes
y gobernadores, participan o se interesan por el armado de Unidos y
Organizados.
El punto de
partida
Las reuniones entre distintos sectores que
precedieron al acto de Vélez fue el caldo en el que se comenzó a incubar la
idea de darle una vuelta de tuerca al variopinto universo kirchnerista que
sirviera para coordinar a toda la tropa propia bajo un mismo paraguas. “Vélez
arrojó como saldo la necesidad de articulaciones mayores. Tuvo un valor
simbólico pero también uno organizativo”, explica Héctor “el Gallego” González,
secretario general de Peronismo Militante. No era el primer intento de avanzar
en ese sentido pero todas las veces anteriores habían fracasado. “Lo que hay
ahora es que nadie discute el rol conductor que tiene La Cámpora, y eso ayuda a
acomodar el resto de las piezas”, reconocen desde otros espacios, rememorando
otras experiencias, en las que la falta de un liderazgo claro en el que,
además, se sintieran reflejados todos los interlocutores, atentó contra la
organización. Así, el núcleo duro de las organizaciones que convocaron el 27 de
abril comenzaron, poco después, a mantener una serie de reuniones para cumplir
con el mandato que había dado la Presidenta esa tarde: unirse y organizarse.
Así, La Cámpora, el Movimiento Evita, Kolina, la
Martín Fierro, la Corriente Nacional Peronista, la Corriente de la Militancia,
Peronismo Militante, Nuevo Encuentro, el MILES de Luis D’Elía, el Partido
Comunista Congreso Extraordinario, el Frente Transversal que lidera Edgardo
Depetris y la CTA que responde a Hugo Yasky, entre otros espacios, continuaron
con los encuentros después del acto de Vélez, primero a nivel nacional, pero
pronto bajando al territorio, donde estará el trabajo fino. “Que todos apoyamos
a Cristina está claro, lo complicado será llegar a acuerdos en cada distrito:
allí es donde afloran las diferencias”, explica un testigo de esos encuentros.
En algunos
lugares Unidos y Organizados ya salió al ruedo: es el caso de Córdoba, donde la
mesa local firmó un comunicado la semana pasada repudiando la represión del
gobierno local sobre trabajadores estatales durante una protesta.
Hay algo en lo que sí coinciden todas las partes
en juego, “hay que pensar más allá de lo electoral” porque esa es la única
forma de superar las diferencias. Después se verán las herramientas con las que
saldarán los debates más coyunturales. La misión, encomendada por Cristina
Fernández de Kirchner, es armar una estructura que se proyecte hacia el futuro,
mucho más allá del final de este período presidencial. “El 2013 y el 2015 son
momentos tácticos, citas que uno no puede eludir, pero esto va a tomar valor
estratégico si podemos proyectarlo más allá, si lo ponemos en perspectiva
estratégica para pensar en sostener el modelo nacional y popular, que es lo que
necesita la Nación”,
plantea González. El objetivo, señala, es “pensar cómo llega la Argentina a la mitad del
siglo XXI”. Pero, de a una cosa por vez, los organizadores ya están abocados a
armar, para los próximos meses, un nuevo acto multitudinario que replique lo
que sucedió en Vélez en abril. Aunque no haya todavía nada confirmado, se
menciona como posible locación el Estadio Unico de La Plata, nada más y nada menos
que el pago chico de Daniel Scioli.
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