La hipomagnesemia
(tetania de los pastos, mal de los avenales) es un desorden metabólico de
los rumiantes, que ocurre en regiones templadas, con clima frío y húmedo y
en sistemas de producción que basan la alimentación del ganado en el
pasto. Esta enfermedad fue diagnosticada por primera vez durante los años
60 en el sudeste bonaerense y posee un índice de mortandad del 4 al 5% en
los rodeos afectados.
Es muy importante que durante el preparto y el postparto de la vaca de cría, el productor esté alerta para prevenir la hipomagnesemia.
Detección precoz
Los síntomas clínicos
observados en los rumiantes, coinciden ambos especialistas, son:
agresividad, marcha tambaleante, temblor muscular, convulsiones y muerte.
Como prevención, Cseh sostiene que hay que suministrar a la vaca, por
ejemplo, óxido de magnesio mezclado con maíz o afrechillo en
comederos; en el agua de bebida o piedras para lamer. Y agrega “los
productos inyectables no sirven como preventivos para la deficiencia de
magnesio, sólo deben ser usados como curativos, cuando el animal ya está
caído, afectado por hipomagnesemia”.
La Lic. Susana Cseh, responsable del Laboratorio de
Enfermedades Metabólicas del INTA Balcarce, manifiesta que es una
enfermedad de la producción, ya que afecta a vacas que están gestando o
con un ternero al pie. Estos son momentos críticos para la demanda de
magnesio, y como el animal no tiene capacidad para movilizarlo de sus
reservas de hueso, es necesario suministrarlo todos los días con la dieta.
“Es fundamental que durante el último tercio de gestación, que es
cuando la vaca requiere la mayor cantidad de magnesio para finalizar con
la formación y crecimiento del feto, y hasta el pico de lactación, que es
cuando va a perder una gran cantidad de magnesio por leche, nosotros nos
aseguremos que está recibiendo la suplementación de magnesio
adecuada” aclara la profesional.
El Méd. Vet. Ernesto
Odriozola, responsable del Servicio de Diagnóstico Veterinario
Especializado (SDVE) del área de Producción Animal de la EEA Balcarce
subraya la importancia del control en los animales ya que uno piensa que
cuanto más gorda la vaca mejor, y la realidad es que cuanto más gorda está
más magnesio necesita. También, recalca, que en esta época del año es
cuando los pastos menos magnesio tienen. Es por esto que, como medidas de
manejo, hay que tener en cuenta que el animal no debe llegar con exceso de
peso al momento de la parición. Siempre es preferible efectuar una
restricción programada para no llegar con una vaca gorda a la parición,
reservando una pastura de otoño, para cuando el animal tenga mayores
requerimientos durante la lactación. Para prevenir, podemos poner a
disposición del animal sales de magnesio en bateas con tenores que no
superen el 8%, por la pérdida de palatabilidad, y un suplemento de fibra,
ya sea fardos o rollos.
Es muy importante que durante el preparto y el postparto de la vaca de cría, el productor esté alerta para prevenir la hipomagnesemia.
Para poder realizar un diagnóstico de laboratorio, se
deberán muestrear animales con y sin síntomas (8 a 10 de cada grupo). Es
importante también obtener muestras del pasto que consumen los animales,
para poder determinar el contenido de Mg y el potencial tetanizante del
mismo. Estos valores servirán como referencia y permitirán tomar medidas
si el forraje resulta de riesgo para el animal.
Odriozola brinda una serie de recomendaciones para
poner en práctica ante una situación de hipomagnesemia:
-
Aumentar la frecuencia de recorridas en el período de riesgo con el objetivo de detectar tempranamente los animales caídos o con signos y poder tratarlos a tiempo.
-
Como único tratamiento para estos animales se recomienda el suministro de una fuente energética (concentrado de maíz, acompañado de compuestos precursores de la neoglucogenesis o glucosa por vía parenteral) y una fuente de Mg inyectable.
-
Cambiar a los animales de potrero si es posible. De lo contrario suplementar con sales de magnesio por vía oral.
-
También se debe asegurar una adecuada hidratación del animal.
Atención en distintos momentos
Cseh aseguró que "cuando hay lluvias medianamente
abundantes luego de un período de seca, el crecimiento más o menos rápido
de la pastura hace que existan altos riesgos de la aparición de esta
enfermedad". Pero también puede presentarse en primavera, en forma
súbita, luego de un aumento brusco de la temperatura ambiente y de
precipitaciones, lo cual conduce a la aparición de rebrotes en el forraje.
Bajo estas condiciones el pasto aumenta su contenido de potasio (K),
disminuye sus niveles de Mg y de calcio (Ca) y se convierte en
potencialmente tetanizante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario