sábado, 19 de enero de 2013

Posicionamientos


Por: Juan Carlos  Mortati

  Pareciera que cada acontecimiento, cada movida gubernamental, pone en juego todo el andamiaje ideológico, estructural y político que se ha venido construyendo durante el período que todos llaman “el modelo”. Y lo que se observa más contundente es que en cada instancia entran en escena definiciones que resultan fundamentales. Emerge una esencia y una consecuencia inevitables en cada circunstancia. O tal vez, esa percepción resulta de la orientación lógica de una construcción política elaborada con solidez. Para reforzar la idea, podemos decir que la misma se da de una manera eminentemente tangible y eficaz, al avanzar desde la participación activa de lo comunitario, de lo colectivo, “de la concientización del sentido popular”, si recurrimos a la expresión de Ernesto Laclau, uno de los pensadores contemporáneos que con amplitud ha estudiado la concepción socio-política del Populismo.

  También, es importante convenir, que siempre nos queda la percepción de que cada movida del Gobierno está jugada al límite, rosa lo temerario. En cada jugada, se sacude el tablero. Esto  conlleva un atractivo, es movilizador pero, encierra también frecuentes riesgos accidentales. La “política es agonal”, expreso Aristóteles en su tratado sobre el gobierno de la “polis” (ciudad)) y siempre exigirá  esa gimnasia, casi exclusiva: actitud y convicción. “Estoy persuadido…”, repetía Raúl Alfonsín y esa introducción le aportaba una categoría enérgica al discurso. No era una muletilla, conformaba el preludio de una arenga convincente.

Veamos algunos de los últimos sucesos, a fin de ir materializando y concretando la reflexión inicial. Por ejemplo, uno de los más recientes, el regreso al país de la Fragata Libertad. Más allá de la dimensión y la coreografía de entusiasmo del que estuvo rodeado el acto, el hecho significó el resultado de una ardua batalla trabada por Argentina desde la profesionalidad diplomática, el planteo jurídico internacional y de la recomposición de una soberanía nacional jaqueada desde los sectores más espurios y de capacidad de “lobby” de los trashumantes del mundo de la finanzas. Un excelente triunfo, aunque la guerra (parafraseando el desquiciado chiste de Hugo Moyano en TN, de que habíamos perdido un buque de guerra sin estar en guerra), prosigue en una “pulseada testigo” en los foros de Nueva York, donde procurarán impugnar la restructuración de la deuda externa total ya llevada adelante por nuestro país con el 92 % de los acreedores.


  INDUSTRIALIZACION Y TRASPORTES

   Otro hecho donde el Gobierno debió mostrar el carnet de progresista (en el buen sentido), se dio con el anuncio de la construcción de dos represas hidroeléctricas sobre el río Santa Cruz, en el sur argentino, encajando plenamente esa decisión en la planificación del crecimiento económico e industrialización. La inversión, que contará con aportes de empresas internacionales y un 30 % nacional, reforzará unos de los ejes esenciales de la política productiva, la provisión energética. Un total de 1.740 Mw de potencia instalada. Esto último, un factor esencial para favorecer la inversión empresarial,  industrial y tecnológica en sus distintas variantes.

 La obra que se iniciará a mediados de este año demandará  aproximadamente 6.000 puestos de trabajo, directa e indirectamente.

 Hace pocas horas otro anuncio oficial marco el inicio del cumplimiento de otro capítulo pendiente en un ámbito estratégico, la remodelación a pleno de los servicios ferroviarios del Mitre y el Sarmiento, tanto en el trazado vial como en su equipamiento y transporte. El Ferrocarril vuelve a ubicarse en un espacio primordial, del que nunca debió ser desplazado. Hoy se lo recuperará el servicio desde una mirada integradora, ambiental y económica.

  El fortalecimiento del país desde la participación regional en el Mercosur y la Unasur, establece la consolidación de un posicionamiento estratégico no solamente en la zona, sino también en la participación internacional como bloque, metodología diplomática que está dando avances fructíferos. El continentalismo de la región latinoamericana ha alcanzo una focalización política y económica plausible, que le permite una movilización reforzada y enriquecida, si observamos el despliegue de la generalidad de muchos de los países de economías emergentes, avanzando sobre políticas de nucleamientos asociativos en el marco de convergencias económicas. El reciente viaje presidencial  al exterior, por territorios de Arabia y Asia, se encuadra en esa tendencia de complementariedad política y económica.


AGENDAS Y “AGENDAS”

  El Gobierno Nacional ha culminado el primer año “sin viento de cola “que lo favoreciera, soportando los embates de la crisis económica internacional. Es complicado moverse en aguas turbulentas. Técnicamente, en esas circunstancias, aguantar lo más indemne posible es un logro encomiable.

Pero no alcanza. El catálogo habitual estipula que el éxito debe ser constante, de lo contrario, “que pase el que sigue”. Hoy las exigencias y demandas tienen menos de 60 minutos por hora. Y en medio de ese apremio y esas contingencias debe realizarse la construcción política de cada proceso, de cada planteo, de cada encrucijada.

En el entramado de este año electoral la situación no va a resultar holgada. A los compromisos y a la agenda del Gobierno nacional se cotejará constantemente la otra agenda, la mediática. El juego está dado así y los genuinos proyectos políticos revalidarán sus contenidos en las urnas, símbolo y espacio categórico donde el destino de cada pueblo comienza a escalonarse para la transformación favorable o la rutina.

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