Por: Juan Carlos Mortati
Pareciera
que cada acontecimiento, cada movida gubernamental, pone en juego todo el
andamiaje ideológico, estructural y político que se ha venido construyendo durante el período que todos llaman “el
modelo”. Y lo que se observa más contundente es que en cada instancia entran en
escena definiciones que resultan fundamentales. Emerge una esencia y una consecuencia
inevitables en cada circunstancia. O tal vez, esa percepción resulta de la
orientación lógica de una construcción política elaborada con solidez. Para reforzar
la idea, podemos decir que la misma se
da de una manera eminentemente tangible y eficaz, al avanzar desde la participación activa de
lo comunitario, de lo colectivo, “de la concientización del sentido popular”,
si recurrimos a la expresión de Ernesto Laclau, uno de los pensadores
contemporáneos que con amplitud ha estudiado la concepción socio-política del
Populismo.
También, es importante convenir, que siempre
nos queda la percepción de que cada movida del Gobierno está jugada al límite,
rosa lo temerario. En cada jugada, se sacude el tablero. Esto conlleva un atractivo, es movilizador pero,
encierra también frecuentes riesgos accidentales. La “política es agonal”,
expreso Aristóteles en su tratado sobre el gobierno de la “polis” (ciudad)) y
siempre exigirá esa gimnasia, casi
exclusiva: actitud y convicción. “Estoy
persuadido…”, repetía Raúl Alfonsín y esa introducción le aportaba una
categoría enérgica al discurso. No era una muletilla, conformaba el preludio de
una arenga convincente.
Veamos algunos de los últimos sucesos, a fin de ir materializando
y concretando la reflexión inicial. Por ejemplo, uno de los más recientes, el
regreso al país de la
Fragata Libertad. Más allá de la dimensión y la coreografía
de entusiasmo del que estuvo rodeado el acto, el hecho significó el resultado
de una ardua batalla trabada por Argentina desde la profesionalidad
diplomática, el planteo jurídico internacional y de la recomposición de una
soberanía nacional jaqueada desde los sectores más espurios y de capacidad de “lobby”
de los trashumantes del mundo de la finanzas. Un excelente triunfo, aunque la
guerra (parafraseando el desquiciado chiste de Hugo Moyano en TN, de que
habíamos perdido un buque de guerra sin estar en guerra), prosigue en una “pulseada
testigo” en los foros de Nueva York, donde procurarán impugnar la
restructuración de la deuda externa total ya llevada adelante por nuestro país
con el 92 % de los acreedores.
INDUSTRIALIZACION Y
TRASPORTES
Otro hecho donde el
Gobierno debió mostrar el carnet de progresista (en el buen sentido), se dio
con el anuncio de la construcción de dos represas hidroeléctricas sobre el río
Santa Cruz, en el sur argentino, encajando plenamente esa decisión en la
planificación del crecimiento económico e industrialización. La inversión, que
contará con aportes de empresas internacionales y un 30 % nacional, reforzará
unos de los ejes esenciales de la política productiva, la provisión energética.
Un total de 1.740 Mw de potencia instalada. Esto último, un factor esencial
para favorecer la inversión empresarial,
industrial y tecnológica en sus distintas variantes.
La obra que se iniciará
a mediados de este año demandará aproximadamente
6.000 puestos de trabajo, directa e indirectamente.
Hace pocas horas otro
anuncio oficial marco el inicio del cumplimiento de otro capítulo pendiente en
un ámbito estratégico, la remodelación a pleno de los servicios ferroviarios
del Mitre y el Sarmiento, tanto en el trazado vial como en su equipamiento y
transporte. El Ferrocarril vuelve a ubicarse en un espacio primordial, del que
nunca debió ser desplazado. Hoy se lo recuperará el servicio desde una mirada
integradora, ambiental y económica.
El fortalecimiento
del país desde la participación regional en el Mercosur y la Unasur, establece la
consolidación de un posicionamiento estratégico no solamente en la zona, sino
también en la participación internacional como bloque, metodología diplomática
que está dando avances fructíferos. El continentalismo de la región
latinoamericana ha alcanzo una focalización política y económica plausible, que
le permite una movilización reforzada y enriquecida, si observamos el despliegue
de la generalidad de muchos de los países de economías emergentes, avanzando
sobre políticas de nucleamientos asociativos en el marco de convergencias
económicas. El reciente viaje presidencial
al exterior, por territorios de Arabia y Asia, se encuadra en esa tendencia
de complementariedad política y económica.
AGENDAS Y “AGENDAS”
El Gobierno Nacional
ha culminado el primer año “sin viento de cola “que lo favoreciera, soportando
los embates de la crisis económica internacional. Es complicado moverse en
aguas turbulentas. Técnicamente, en esas circunstancias, aguantar lo más
indemne posible es un logro encomiable.
Pero no alcanza. El catálogo habitual estipula que el éxito
debe ser constante, de lo contrario, “que pase el que sigue”. Hoy las
exigencias y demandas tienen menos de 60 minutos por hora. Y en medio de ese
apremio y esas contingencias debe realizarse la construcción política de cada
proceso, de cada planteo, de cada encrucijada.
En el entramado de este año electoral la situación no va a
resultar holgada. A los compromisos y a la agenda del Gobierno nacional se
cotejará constantemente la otra agenda, la mediática. El juego está dado así y
los genuinos proyectos políticos revalidarán sus contenidos en las urnas,
símbolo y espacio categórico donde el destino de cada pueblo comienza a
escalonarse para la transformación favorable o la rutina.
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