Por: Juan Carlos Mortati
Varios y muchos, cuando la “Fragata ARA Libertad”, que siempre representó un emblema y
gallardete nacional, desde el 2 de octubre pasado quedó “anclada” en el puerto
de Tema, en Ghana, en la costa atlántica de Africa, a instancia judicial del
planteo del Fondo financista NML CAPITAL, celebraron con regocijo y “encomiable
patriotismo” ese hecho, como parte –según su criterio- de otro capitulo más de
“este desastre nacional que estamos viviendo a contrapelo de las relaciones y
acuerdos internacionales” (sic). Algo parecido a la alucinante expectativa de
quienes alientan la suba desorbitada de la cotización del dólar para acrecentar
sus ahorros, sin comprender que, indefectiblemente, el dólar sube cuando al
país y a la sociedad le va mal. Un contrasentido, no?
Pero volvamos a nuestra Fragata. El tema fue largo. Se dijo
que había sido una decisión imprudente navegar por esos mares, sin preveer el
asecho de esos fondos financieros “apátridas”. La posición de nuestro país fue
clara y sin titubeos en relación a los acuerdos internacionales. Después de
muchos cabildeos, “frente al Tribunal de los Derechos
del Mar con sede en Hamburgo, Argentina fijó posición en cuanto a la
ilegitimidad del procedimiento seguido por la justicia de Ghana a favor del
reclamo del fondo buitre NML Capital y logró que, por unanimidad, los 21 jueces
que componen ese cuerpo le dieran la razón. Tras interpretar que la fragata es
“una expansión de la soberanía que tiene un país”, y que esta condición no se
pierde al amarrar en un puerto extranjero, el tribunal internacional determinó
que “Ghana debe liberar inmediatamente y sin condiciones a la Fragata ARA Libertad,
y se asegurará que su comandante y tripulación sean capaces de dejar el puerto
de Tema y los espacios marítimos bajo su jurisdicción” antes del 22 de
diciembre.”
EL TRANSFONDO DE LA SITUACION
Durante estos arduos meses en que duró esta negociación
judicial y diplomática, subió a la superficie los aspectos turbios del actuar
de esos Fondos Financieros que medran a costa de la situación económica de las
naciones en crisis. La metáfora de “Fondos Buitres” es apropiada para calificar
a estas entidades en relación a esas aves carroñeras que sobrevuelan la situación de animales
heridos y en situación de indefendensión.
Sobre estos sucesos, el
embajador argentino en Francia, el economista Aldo Ferrer, expresó , “En realidad, la resistencia que
viene de afuera es por la reaparición del Estado, y las críticas se basan en las
creencias viejas que dicen que un país periférico como el nuestro tiene que
hacer lo que le dicen”.
En cuanto a la
personalidad de Aldo Ferrer vamos a mencionar que además integra el llamado Grupo Fénix, formado en el año 2000 por economistas argentinos para
diseñar un modelo económico alternativo a las políticas neoliberales, impulsadas por el Consenso de
Washington y llevadas
a cabo en Argentina entre 1976 y 2001. Es uno de los economistas más activos en
la denuncia de los efectos negativos de los fenómenos globalizadores sobre los países periféricos.
Introdujo el concepto de densidad nacional para
explicar las razones del insuficiente desarrollo de países como Argentina.
Reforzando sus argumentos, Ferrer agrega en su comentario
que,
ese protagonismo estatal “va más allá de cumplir con los
pagos de la deuda, hemos demostrado que un país puede salir adelante solo, con
políticas acertadas de producción y de empleo, y eso es muy difícil de
digerir”. El economista, autor de libros que están entre los más estudiados y
citados sobre economía argentina, sostuvo que la imagen que tiene hoy
Argentina, después de haber cancelado el último
compromiso de pago de deuda del año, “es la de un país que cumple y lo hace con
recuperación de soberanía interna, reestructurando deuda, con la pesificación
del sistema financiero, nacionalizando el sistema jubilatorio, YPF, en
síntesis, recuperando el Estado”.
“Esto –agregó– es lo que caracterizó la
situación posterior a la crisis del 2001, la reaparición de un Estado con
capacidad de hacer política económica sobre la solidez del modelo, y eso, para
los intereses de algunos, es inaceptable.” Agregó que “por eso, más allá del
barullo que arman, lo importante es lo que hacemos fronteras para adentro. Nos
estamos ubicando en el mundo de forma dinámica, la relación con Brasil, la
posición en América latina, y esto hay que consolidarlo”, enfatizó Ferrer.
FINAL FELIZ
La Fragata Libertad incautada en el
extranjero por Fondos Financieros “Buitres” representó una fuerte medida de
presión sobre nuestro país, que ponía sobre las cuerdas a la actual gestión de
Gobierno, que había tomado la decisión de “reestructurar la negociación de
la deuda externa desde el 2005”, imponiendo como
condición de defensa de su soberanía y
de la política socio-económica asumida,
el haber establecido que los compromisos de pago no afectarían más del 1,5 % en su proporción sobre el PBI, indicador
clave del nivel de desarrollo y crecimiento económico nacional. Decisión que significó un posicionamiento
categórico en el proyecto de recuperación
de la economía del país.
La liberación de la
Fragata Libertad cobra el sentido de una difícil batalla ganada en el terreno diplomático.“La decisión del
Tribunal del Mar es un respaldo absoluto al pueblo y gobierno argentinos”,
fundamental y trascendente. En medio de un tembladeral internacional, un final
feliz.
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