Por: Juan Carlos Mortati
El destacado
economista argentino, Bernardo Kliksber, actual Asesor especial del Buró
de Políticas para el Desarrollo del Programa
de Naciones Unidas para el Desarrollo, es autor de más de 50 trabajos
entre libros, estudios e informes sobre su especialidad. En uno de ellos,
“Ética para el desarrollo”, se refiere a la importancia y el valor de las
estadísticas por cuanto detrás de esos indicadores está la realidad humana, la
situación de las comunidades, las posibilidades de cada nación y la lucha
“incansable por la reducción de las desigualdades económicas y sociales”.
Hace unos pocos días tuvo lugar en la ciudad
de Tokio, el encuentro anual de los
responsables del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, catedrales
del mundo económico-financiero, cuyos dogmatismos imperturbables están regidos
por la simetría numérica de los resultados monetarios de su proyectos e
intervenciones a lo largo del planeta. Sus diagnósticos, predicciones y puntos
de vistas establecen los parámetros por donde circularán las tendencias
económicas mundiales. Sus anuncios se transforman en palabras santas e
impecables. De los magros resultados de éstas sólo serán culpables los países “que
interpreten a destiempo” sus admoniciones y consejos. Muchos países,
actualmente Europa, saben del sabor desagradable de esa medicina aplicada sin
misericordia.
Los datos emitidos por FMI “oscilan entre
un pesimismo por un estancamiento del crecimiento y un optimismo condicionado”.
Dicen que las economías mundiales terminarán evolucionando en este 2012 en el
3,3 % y en el 2013 sobre el 3,6 %. Los países que conforman el BRICSA (las
economías emergentes más destacadas), como China, jugara entre 7,8 % y el 8,2 %, respectivamente.
Brasil, con 1,5 % y 4 %, en iguales períodos. Nosotros, Argentina (que cierra
la sigla mencionada), estaremos moviéndonos en 2, 6 % este año y 3,1 % en el
2013. La baja de revoluciones del motor económico encendió luces de alarma por
todos lados, fundamentalmente por la influencia de la crisis de la “eurozona,
que hoy confirma su condición de enfermo del planeta”.
En el
mientras tanto, “El Fondo asegura que América latina sigue vulnerable a los riesgos
que supone la crisis en la Zona
Euro, pero también a la desaceleración en China y la amenaza
de una crisis fiscal a principios del año próximo en Estados Unidos, producto
del desacuerdo político en el Congreso de ese país”.
Como es evidente en este mundo globalizado hay
que hacerse cargo de los problemas propios y de los ajenos. Lo que también es
notorio es que los países emergentes prefieren insistir es sus economías
lugareñas y de “entre casa”,o bien mantener estrategias regionales, que en esta
última década les ha permitido sostenerse en un más saludable equilibrio, en
medio de los derrumbes sorprendentes de paises encumbrados como modelos por el
propio FMI.
SOPORTE ENERGETICO
En esa
línea de tomar decisiones eficientes para sostenerse en medio de las
turbulencias económicas, seguir apostando al eje productivo y la
industrialización constituye una actitud tonificante pero, para que la medida
tenga un sostenimiento estructural es fundamental fortalecer el factor
energético, suministro esencial para dinamizar la demanda fabril. En esa
dirección apuntan las expresiones del titular de la YPF nacionalizada, Miguel
Galuccio, “Este año estamos ejecutando un plan mucho más agresivo que el que
tenía Repsol. Estamos en un plan de crecimiento en un momento de crisis
mundial”. Lo dijo en un reciente encuentro en Tecnópolis ante “más de mil
personas, todos integrantes de la cadena de valor (proveedores de tecnología) de YPF. Galuccio sostuvo que
ya aumentó la capacidad de refinado en un 7 por ciento y que al mismo tiempo
pudieron reducirse las importaciones de combustible en un 47 por ciento. Entre
los proveedores había grandes compañías, pequeñas y medianas, tanto de la Argentina como del
exterior”
Al hacer hincapié en un sólido
trabajo en conjunto agregó, “El plan 2013-2017 prevé una inversión de 37.200
millones de dólares, de los cuales 32.600 millones serían aportados por la
propia compañía y otros 4600 millones serían inversiones privadas “.
Esa inversión energética intentará apuntalar la
política de crecimiento productivo, que en las previsiones oficiales anhelan
alcanzar un indicador del 4,4 % para el próximo año, pese a la predicciones más
recelosas de los organismos internacionales.
Salvo el amanecer, “nada
es de la noche a la mañana” y la construcción de un proceso político de crecimiento
económico necesita del tiempo propicio que lo consolide. Hace falta una
“voluntad deliberada y capacidad de modelar el futuro”. Así lo afirmaban Luiz
Inácio Lula da Silva, presidente del Brasil, y Néstor Kirchner, entonces
presidente de Argentina, el 23 de Agosto de 2005, en Pilar, cuando acordaron el
“Consenso de Buenos Aires”. Eran concientes de que ese objetivo exigiría
“fortalecer el Estado en el proceso económico, con superávits primarios y
fondos anticíclicos”. Suena a una frase cargada de tecnicismo y de la lógica de los indicadores
porcentuales, pero tenían claro que esos
factores que estaban proponiendo contenían la posibilidad de “brindar igualdad
de oportunidades”,..” “y apoyar políticas de desarrollo adaptadas a las
particularidades de cada región”. Nada es totalmente definitivo y los desafíos
siguen en pie.
Material de Consulta “El FMI su expectativa
de crecimiento mundial”, (Clarín 14/10/2012).; “YPF con la industria nacional”,
de Sebastián Premici ); Declaración conjunta “Consenso de Buenos Aires”.
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