viernes, 26 de octubre de 2012

Los desafíos siguen en pié


Por: Juan Carlos Mortati

El destacado  economista argentino, Bernardo Kliksber, actual Asesor especial del Buró de Políticas para el Desarrollo del Programa  de Naciones Unidas para el Desarrollo, es autor de más de 50 trabajos entre libros, estudios e informes sobre su especialidad. En uno de ellos, “Ética para el desarrollo”, se refiere a la importancia y el valor de las estadísticas por cuanto detrás de esos indicadores está la realidad humana, la situación de las comunidades, las posibilidades de cada nación y la lucha “incansable por la reducción de las desigualdades económicas y sociales”.

   Hace unos pocos días tuvo lugar en la ciudad de Tokio,  el encuentro anual de los responsables del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, catedrales del mundo económico-financiero, cuyos dogmatismos imperturbables están regidos por la simetría numérica de los resultados monetarios de su proyectos e intervenciones a lo largo del planeta. Sus diagnósticos, predicciones y puntos de vistas establecen los parámetros por donde circularán las tendencias económicas mundiales. Sus anuncios se transforman en palabras santas e impecables. De los magros resultados de éstas sólo serán culpables los países “que interpreten a destiempo” sus admoniciones y consejos. Muchos países, actualmente Europa, saben del sabor desagradable de esa medicina aplicada sin misericordia.
   
  Los datos emitidos por FMI “oscilan entre un pesimismo por un estancamiento del crecimiento y un optimismo condicionado”. Dicen que las economías mundiales terminarán evolucionando en este 2012 en el 3,3 % y en el 2013 sobre el 3,6 %. Los países que conforman el BRICSA (las economías emergentes más destacadas), como China,  jugara entre 7,8 % y el 8,2 %, respectivamente. Brasil, con 1,5 % y 4 %, en iguales períodos. Nosotros, Argentina (que cierra la sigla mencionada), estaremos moviéndonos en 2, 6 % este año y 3,1 % en el 2013. La baja de revoluciones del motor económico encendió luces de alarma por todos lados, fundamentalmente por la influencia de la crisis de la “eurozona, que hoy confirma su condición de enfermo del planeta”.

  En el mientras tanto, “El Fondo asegura que América latina sigue vulnerable a los riesgos que supone la crisis en la Zona Euro, pero también a la desaceleración en China y la amenaza de una crisis fiscal a principios del año próximo en Estados Unidos, producto del desacuerdo político en el Congreso de ese país”.
Como es evidente en este mundo globalizado hay que hacerse cargo de los problemas propios y de los ajenos. Lo que también es notorio es que los países emergentes prefieren insistir es sus economías lugareñas y de “entre casa”,o bien mantener estrategias regionales, que en esta última década les ha permitido sostenerse en un más saludable equilibrio, en medio de los derrumbes sorprendentes de paises encumbrados como modelos por el propio FMI.


SOPORTE ENERGETICO
 En esa línea de tomar decisiones eficientes para sostenerse en medio de las turbulencias económicas, seguir apostando al eje productivo y la industrialización constituye una actitud tonificante pero, para que la medida tenga un sostenimiento estructural es fundamental fortalecer el factor energético, suministro esencial para dinamizar la demanda fabril. En esa dirección apuntan las expresiones del titular de la YPF nacionalizada, Miguel Galuccio, “Este año estamos ejecutando un plan mucho más agresivo que el que tenía Repsol. Estamos en un plan de crecimiento en un momento de crisis mundial”. Lo dijo en un reciente encuentro en Tecnópolis ante “más de mil personas, todos integrantes de la cadena de valor (proveedores  de tecnología) de YPF. Galuccio sostuvo que ya aumentó la capacidad de refinado en un 7 por ciento y que al mismo tiempo pudieron reducirse las importaciones de combustible en un 47 por ciento. Entre los proveedores había grandes compañías, pequeñas y medianas, tanto de la Argentina como del exterior”
Al hacer hincapié en un sólido trabajo en conjunto agregó, “El plan 2013-2017 prevé una inversión de 37.200 millones de dólares, de los cuales 32.600 millones serían aportados por la propia compañía y otros 4600 millones serían inversiones privadas “.
 Esa inversión energética intentará apuntalar la política de crecimiento productivo, que en las previsiones oficiales anhelan alcanzar un indicador del 4,4 % para el próximo año, pese a la predicciones más recelosas de los organismos internacionales.
Salvo el amanecer, “nada es de la noche a la mañana” y la construcción de un proceso político de crecimiento económico necesita del tiempo propicio que lo consolide. Hace falta una “voluntad deliberada y capacidad de modelar el futuro”. Así lo afirmaban Luiz Inácio Lula da Silva, presidente del Brasil, y Néstor Kirchner, entonces presidente de Argentina, el 23 de Agosto de 2005, en Pilar, cuando acordaron el “Consenso de Buenos Aires”. Eran concientes de que ese objetivo exigiría “fortalecer el Estado en el proceso económico, con superávits primarios y fondos anticíclicos”. Suena a una frase cargada de  tecnicismo y de la lógica de los indicadores porcentuales, pero tenían claro que  esos factores que estaban proponiendo contenían la posibilidad de “brindar igualdad de oportunidades”,..” “y apoyar políticas de desarrollo adaptadas a las particularidades de cada región”. Nada es totalmente definitivo y los desafíos siguen en pie.
    Material de Consulta “El FMI su expectativa de crecimiento mundial”, (Clarín 14/10/2012).; “YPF con la industria nacional”, de Sebastián Premici ); Declaración conjunta “Consenso de Buenos Aires”.

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