Alfonsina Storni, la más firme expresión poética femenina de la Argentina y una de las más importantes de América, nació el 29 de marzo de 1892, en Sala Capriasca, Cantón Ticino de la Suiza italiana. Pasó su infancia en la provincia de San Juan. En la Escuela Normal de esa ciudad cursó sus primeros estudios y, más tarde continuó en Coronda (provincia de Santa Fe), de donde egresó con el título de maestra normal.
En 1911 comienza su carrera como docente en la Escuela Elemental Nº65 de la ciudad de Rosario. Posteriormente en Buenos Aires trabaja como empleada en una casa comercial y en 1916 da a conocer su primer libro de versos: “La inquietud del rosal”, que recoge las sugestiones intimistas y sentimentales de un post-romanticismo. A este primer libro le siguieron “El dulce daño” (1918), “Irremediablemente” (1919) y “Languidez” (1920). En 1917 recibe el Premio Anual del Consejo Nacional de Mujeres por "El Canto de los Niños". Ocupó una cátedra en el Teatro Infantil Lavardén (Buenos Aires), y dos años más tarde, en 1923, es nombrada profesora de declamación en la Escuela Normal de Lenguas Vivas. En sus últimos años también fue docente en el Conservatorio Nacional de Música. Realizó varios viajes por Europa, el segundo en compañía de su hijo Alejandro Alfonso. En el viejo continente dictó con éxito varias conferencias.
Pero el momento culminante de su carrera, lo constituyó la reunión en la Universidad de Montevideo con las otras dos grandes poetisas americanas, Gabriela Mistral y Juana de Ibarbourou. La convocatoria conjunta fue para hacer pública la confesión de su forma y manera de crear. Siete libros de versos y uno de prosa poética, sin gran significación este último, y algunas comedias, integran su obra lírica. “Ocre”, publicado en 1925, considerado por la crítica como el más logrado de sus poemarios, marca una insinuación firme hacia la captación de imágenes universales. No obstante puede decirse que el contenido de sus poesías fue siempre autobiográfico. En el año 1935, durante su estadía en las playas uruguayas, Alfonsina presintió su enfermedad, un tumor en un pecho. Se trasladó a la ciudad de Mar del Plata, donde en la madrugada del 25 de octubre de 1938 se suicidó internándose en el mar. La Dirección de Cultura, al cumplirse en la fecha el 74º Aniversario de su desaparición, recuerda y evoca su memoria en los magistrales versos de la zamba “Alfonsina y el mar”, homenaje de Ariel Ramírez y Félix Luna.
“…Te vas Alfonsina con tu soledad,
¿qué poemas nuevos fuiste a buscar?
Una voz antigua de viento y de sal
te requiebra el alma y la está llevando
y te vas hacia allá como en sueños,
dormida, Alfonsina, vestida de mar…” (Fragmento, estribillo)
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