miércoles, 8 de agosto de 2012

Unidos: La nueva estatura geopolítica del Mercosur


Por:  Juan Carlos Mortati

    El 11 de noviembre de 1953, en una de sus habituales disertaciones, el entonces presidente Juan Domingo Perón,  hablaba en la Escuela de Guerra. Esas palabras pasarían a ser parte de un documento que fue célebre ya que portaría una frase que contenía un significado memorable: “el año 2000 nos encontrará unidos o dominados”. En aquel entonces no resultaba fácil preveer la trascendencia geopolítica que tal enunciación guardaba, aunque ya señalaba a las generaciones venideras las razones estructurales que hacían necesario una integración política y económica en el Cono Sur. Los primeros acuerdos  de aquel gobierno justicialista con los presidentes Carlos Ibáñez del Campo, de Chile y con Getulio Vargas, de Brasil, buscaron transitar los primeros pasos de un desafío trascendente para la región.
 
    Muchos años más tarde, también durante un mes de noviembre, pero de 1985, cuando se inauguraba el Puente de la Confraternidad “Tancredo Neves”, que une la ciudad argentina de Puerto Iguazú, con la brasileña de Foz de Iguazú, los presidentes de ambos países Raul Alfonsín y José Sarney, firmaron la Declaración de Iguazú, con la que se intentaba dar comienzo a un proceso de integración económico-comercial. En ese marco, se creó la Comisión Mixta de Alto Nivel para la Cooperación y la integración Bilateral, compuesta por expertos de ambos Estados y de empresas privadas de los dos países, buscando establecer vínculos profundos entre Argentina y Brasil.


OPORTUNIDAD Y DESAFIO ENORME


El objetivo era más amplio y buscaba incorporar más miembros al bloque. En Asunción del Paraguay el 26 de marzo de l991, durante la Presidencia Argentina de Carlos Saúl Menem, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay firman la creación del Mercado Común del Sur, MERCOSUR. El mismo establece que los Estados parte constituirán un mercado común, que debería estar conformado al 31 de diciembre de 1994. 

  Muchos sucesos posteriores le fueron dando forma y amplitud a esa integración regional, inclusive la constitución del Área de Libre de Comercio Sudamericana (ALCSA), significó un eslabón fundamental para otro ensamble político-institucional cristalizado luego en la UNASUR, dándole integralidad y fortaleza en lo político a la zona de los países sudamericanos.

  Hace poco más de una semana otro acontecimiento consolidó otro espacio de la región, que en palabras de la Presidenta del Brasil Dilma Russeff, constituirá “la quinta potencia del mundo”, graficando así la dimensión que logrará el MERCOSUR tras el ingreso  de la República de Venezuela. El hecho fue ratificado en al ciudad de Brasilia, capital de nuestro vecino aliado sudamericano, durante la realización de la cumbre en la que participaron los presidentes de todos los países del bloque (con excepción de Paraguay, que se encuentra suspendido luego de la interrupción del gobierno de Fernando Lugo). En el mismo sentido, Cristina Kirchner destacó que “la incorporación de Venezuela cierra definitivamente la ecuación de lo que va a ser este siglo XXI: energía, minerales, alimentos y ciencia y tecnología”. Hugo Chávez calificó este espacio como “la locomotora más grande que existe para preservar la independencia y acelerar el desarrollo integral de Latinoamérica”. Y José Mujica destacó: “Nunca a lo largo de la historia tuvimos una oportunidad como ésta: es ahora o nunca y el desafío es enorme”.

UN FUTURO ALUCINANTE.

   En el marco de un mundo globalizado, donde el poderío del  persistente colonialismo de los países “centrales” ha encontrado variantes para camuflarse de mil maneras, el alcance de esta construcción del Mercosur, logra características fundamentales que le otorgan al bloque de la región una estatura geopolítica formidable. Los números adquieren una elocuencia contundente: con el ingreso de Venezuela, el bloque logrará un Producto Bruto Interno (PBI) de 3,3 billones de dólares, lo que representa el 82,3 % del igual indicador de producción del total de Sudamérica. Este Mercosur se dimensiona en un territorio de casi 13 millones de kilómetros cuadrados y más de 270 millones de habitantes. Para clarificarlo,  “siete de cada diez sudamericanos serán ciudadanos del Mercosur”.
 Se abre un futuro alucinante para la región, propio del contenido visionario de quienes comprendieron las manifestaciones de crecimiento y proyección económica del mundo en este nuevo siglo.  De todos modos, habrá desafíos por delante que superar para consolidar este proceso, como se ocuparon de destacar, cada uno a su modo, los cuatro mandatarios en el mensaje que ofrecieron desde el palacio de Planalto, en la capital brasileña, una vez que, concluido el plenario, donde se terminaron de ajustar los detalles que quedaban por resolverse antes de poner las firmas del acuerdo definitivo.
    A su turno, la Presidenta argentina expresó, poniendo énfasis en la necesidad de “crear, más temprano que tarde, los instrumentos y las instituciones que tornen indestructible e indivisible este nuevo polo de poder, que preserven esta nueva realidad de poder que se construyó con gran dificultad”. Esa (la falta de una institucionalización mayor de las relaciones entre los miembros del Mercosur) ha sido una de las grandes deudas del proceso de integración y “la idea es aprovechar el empuje que significa el ingreso de Venezuela para avanzar en ese sentido”.
    “Estamos dispuestos a llevarla adelante –insistió la Presidenta–. De modo tal que cuando nosotros no estemos, ya que somos meras circunstancias de la historia, estén los hijos de nuestros hijos para cuidar esto que no es ni de Hugo ni de Dilma ni de Pepe ni de Cristina, sino de los pueblos que nos eligieron democráticamente para que gobernemos su economía y también, en definitiva, su presente y su futuro.”

NUESTRO NORTE ES EL SUR
A su turno, y en su estilo claro y campechano, Mujica señaló otro desafío: “No se trata de ser los más ricos del planeta, sino los más felices”, aseguró. También destacó la necesidad de que el proceso de integración beneficie a toda la población del bloque, en particular a los pobres. “En América latina nos costó mucho ser libres. Tenemos que transformar la libertad de los pueblos en una causa –pidió el  presidente uruguayo–. Ser libres es no ser esclavos de la necesidad, es tener la garantía elemental de lo que se precisa para vivir, pero después tener tiempo para vivir y gastarlo en aquellas cosas que a cada cual lo motivan. La inmensa mayoría de nuestra multitud no puede ser libre”, lo lamentó.
   Por su parte, Rousseff, como anfitriona destacó la magnitud que adquiere el Mercosur a partir de ahora, “desde la Patagonia hasta el Caribe” envió un mensaje a “los sectores empresariales de toda la región” invitándolos a “participar activamente de este proceso”, destacando otro desafío: el de conseguir que la sinergia alcanzada a nivel gubernamental se expanda a otras áreas que son de vital importancia para el desarrollo de la región, en particular con la idea de “avanzar con la industrialización” para cambiar la matriz productiva de Sudamérica.
   “Nuestro norte es el sur”, celebró, en tanto, Chávez, el ansiado ingreso de Venezuela (que había solicitado en 2006 y permanecía trabado por la negativa del Senado paraguayo). “Ahora estamos donde deberíamos haber estado siempre. Ahora estamos localizados en nuestra exacta dimensión geopolítica. Este es nuestro sitio, nuestra esencia”, destacó, visiblemente emocionado. También evocó a los ex presidentes Luiz Inácio Lula da Silva, Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez por el rol que tuvieron en la etapa de transformación en la que ingresó la región hace una década. “Tengo seguridad de que a partir de hoy entramos en un nuevo período de aceleración de la historia que estamos construyendo, de aceleración de la geografía, de cambios políticos, de cambios profundos. En los próximos años veremos más cambios en la región de los que hubo en estos 200 años”.
(Material de Consulta “25 años de paz, democracia e integración regional”, labor de Mariana Vázquez y Daniela Perrota, en el marco del Programa Nacional de Voluntariado Universitario e informe  sobre el Acuerdo de Nicolás Lantos)

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