Por: Juan Carlos Mortati
Últimamente hay indicadores distintos en
el crecimiento económico. Desde el 2003
dos períodos de gestión de gobierno nacional estuvieron engalanados por cifras
muy significativas en materia de reindustrialización. Un índice de crecimiento
ubicado entre el 7% y el 9 % osciló rutilante en el display de los muestreos
internacionales, colocando a Argentina
entre los principales standards
de los países emergentes.
Hoy “los datos oficiales marcan que la
expansión de la inversión, que alcanzó un máximo del 23,8 % en el segundo
trimestre de 2011, se redujo al 16,5 % en el tercero y al 8 % en el cuarto”. Se
suma a esta situación surgentes desequilibrios fiscales de la Nación y las Provincias,
persistentes fluctuaciones de la inflación y una pronunciada estrechez
financiera, para configurar hacia adelante un panorama que requerirá esmerada
atención para este 2012 que se está
desplegando.
NUEVO CONTEXTO. DOBLAR LA APUESTA.
Durante la entrevista cedida, hace pocos
días, por el actual Secretario de Industria, Javier Rando, un economista de 37 años que se desempeñaba junto a la Ministra Débora
Giorgi desde el 2006, en Planeamiento Estratégico Industrial, el nuevo funcionario, manifestó que la idea actual consiste en
establecer un “amplio marco referencial, el Plan Industrial 2020, donde fabricantes
y proveedores de los distintos sectores fabriles conformen mesas de discusión
donde se “despiezan” los productos finales para impulsar la provisión local”.
Es
decir, en términos industrialmente fructíferos, “aumentar
el nivel de integración de partes nacionales en los productos manufacturados es
lo que hace sostenible el crecimiento económico.” La preocupación que ronda en el sector esta direccionada por la “desaceleración
del nivel de actividad, el tipo de cambio, la política comercial y la
estrategia que el Gobierno llevará
adelante”.
El interrogante inmediato que surge ante este
panorama, es conocer los motivos de esta
situación y cual es el nivel afectación que deberá soportar el mercado. En esa
línea Rando expresó, “Existe un menor ritmo de crecimiento en algunos sectores,
no una caída, que no responde a una sola causa. Algún sector puede estar
afectado por la situación en los mercados internacionales, otro expuesto a un
determinado país cuyo mercado interno está afectado. En otros países hay caída
o desaceleración de la actividad, en un escenario previo ya desfavorable. En
nuestro caso no es así, el nivel de actividad está alto. Nunca antes se habían
producido 800 mil autos en el país, por dar un ejemplo. Por eso los empresarios
se acercan a diagramar planes de inversión. Es decir que existe una agenda
positiva, que se refleja en la demanda de los créditos del Bicentenario. Lejos
de discontinuar los planes de inversión, las empresas trabajan para llegar a
los niveles de integración nacional que les exigimos. A la vez, eso genera un
proceso inversor en los proveedores “.
Para
comprender el alcance de las declaraciones del funcionario de Industria, hay
que tener una mirada global del crecimiento de estos últimos años, y desde ese
nuevo piso industrial alcanzado, realizar el análisis actual. Es decir, desde
ese enfoque estamos hablando de un escenario industrial recuperado, durante el
período del último quinquenio. El
contexto económico actual exigirá replantear estrategias productivas y una
adecuación de todos los componentes que tienen
intervención preponderante en el
tema.
Ante estas señales de sobresalto en el
sector de los industriales, el funcionario esboza una reflexión amplia, prudentemente
optimista, “Para el segundo semestre no se ve una
clara recuperación. Importantes economías no terminan de encontrar el camino
para poder crecer y plantean recetas pro-cíclicas sobre un escenario negativo.
De todas formas, nuestro mercado interno tiene bases sólidas, con lo cual el
industrial tiene asegurado un nivel de actividad importante, sumado a que las
exportaciones industriales están en el nivel más alto de la historia “. De
estas reflexiones parece desprenderse la idea de que los horizontes logrados
hasta ahora permitirán sobrevivir satisfactoriamente al sector por sobre la
retracción que comenzó a instalarse.
Para observar el
contexto resultará importante traer a colación un informe de investigación de
IERAL Fundación Mediterránea (Centro de Investigación de Córdoba), referido a
“la especialización de algunas provincias” en materia de manufacturas, en orden
a la exportación.”En Buenos Aires, por ejemplo, las manufacturas de origen industrial (MOI) tienen un 55 % y
las manufacturas de origen agropecuario (MOA) el 20 %; en Santa Fe, las MOA
representan el 67 % y las MOI, el 20 %;
mientras que en Córdoba las MOA son el 45 % y las MOI, el 26 %. El resto de los
componentes corresponde a productos primarios”…”en otras provincias, como San
Juan, Santa Cruz, Catamarca y Chubut, el mayor componente exportable es de
origen minero” …”en materia de cultivos agrícolas regionales Río negro, Mendoza
y últimamente La Pampa
persisten en un alto porcentaje exportador”. Una rápida síntesis, referida
exclusivamente a los índices destacados
en exportación.
FORTALECER UNA INDUSTRIA COMPETITIVA
En materia de importaciones, el secretario
de Industria Javier Rando , explicó que “la política de administración de
comercio permite preservar sectores sensibles y acompañar el desarrollo de
sectores incipientes. En definitiva, todos los países administran su comercio;
pueden ser más o menos explícitos, pero de una u otra manera lo hacen.
Argentina tiene 40 millones de habitantes y una industria muy diversificada.
Hay una conducción política firme que dice “avancemos con la industria”, que es
la actividad que permite generar puestos de trabajo, mejorar los sueldos y la
distribución del ingreso. Sucede que hay sectores que no tienen interés en que
la industria nacional crezca”. Y redondeó su planteo afirmando, “El factor
determinante es la mayor sustitución de importaciones”.
Rando explicitó en detalle
la tarea integral realizado con los empresarios, diciendo “Analizamos
seriamente la estructura de costos. Hacemos el despiece de los productos para
detectar qué se puede fabricar acá y qué no. Si se debe nacionalizar una pieza,
se desagrega la estructura de costos del bien importado y del nacional. En caso
de haber diferencias a favor del importado, hay que estudiar cómo avanzar para
hacer mejoras técnicas, obtener certificaciones y homologaciones. Se trabaja
con el INTI y Sepyme para mejorar procesos internos de cada fábrica y se analiza
si hay competencia desleal. Porque se puede tener al final del día una plancha
ciento por ciento nacional, pero que es la más cara del mundo, o que
directamente no planche, y ésa no es la idea. Muchas empresas mejoraron su
posición en el mercado interno y algunas también se pudieron internacionalizar,
porque las manufacturas de origen industrial pasaron del 29 al 35 por ciento
del total exportado. Ese es el mejor termómetro de que la industria nacional es
competitiva.”
Más adelante expresó
“Debemos sostener niveles altos de actividad con una integración nacional
creciente, que retroalimente la industrialización. La industria tiene que tener
un peso cada vez mayor en la economía, porque es la actividad que tracciona la
investigación y el desarrollo y genera renta y empleo sin depender de vaivenes
de precios internacionales. Desde 2003, la industria logró recuperar cuatro
puntos porcentuales en el PBI, ahora estamos en un 21 por ciento, con un
crecimiento generalizado en todos los sectores. No hay evidencia empírica de
economías que se desarrollaron en base a las actividades primarias.”
El buen posicionamiento
industrial alcanzado fue el mérito a una política económica decididamente
orientada a la producción y un esmerado esfuerzo del sector, que comprendió la
oportunidad de un cambio de época y asumió con intensidad el desafío. La
fortaleza interior lograda, deberá
constituirse en el reaseguro de un crecimiento sustentable en medio de un
escenario mundial trastabillante y resquebrajado, que sigue eligiendo las
mismas recetas financieras que lo sumergieron en la actual crisis. Hay muestras
demasiado notorias de que ese no es el
mejor destino elegido.
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