jueves, 14 de junio de 2012

La cuerda volvió a tensarse


Por: Juan Carlos Mortati
 
    Lanzar el lazo, sobre el lomo o payanca, para el hombre de campo siempre significó un desafío. Destreza, habilidad, experiencia y fortaleza. Justeza en el lanzamiento. El momento clave es cuando el animal en su carrera queda apresado y se desestabiliza, es donde el hombre debe aplicar toda su pericia para sostener el embate y afirmarse, contener la reacción y controlar de la situación. Cada paso tiene su técnica, su oportunidad, su precisión y por su puesto el riesgo de fallar.
Valiéndonos de esta narración y usándola como metáfora, podemos observar que otra vez se tensó la cuerda entre sectores del campo y del gobierno. También, es importante recordarlo, con todos los riesgos implícitos que esta situación contiene en su tire y afloje.
Da la sensación de  que no se termina de configurar el escenario y el contexto donde la política agropecuaria nacional encuentre su auténtico derrotero y su genuino perfil. Esta vez el detonante fue el revalúo del inmobiliario rural en la Provincia de Buenos Aires, que disparó conjuntamente otros tributos de orden provincial y nacional. El trámite cumplió los debates y pasos institucionales a través de las dos cámaras provinciales, en medio de discrepancias y posiciones  encontradas, dentro y fuera de la escena legislativa.
El conflicto puso en movilización a las instituciones que conforman la Mesa de Enlace que agrupa a los sectores agropecuarios del país, buscando la nacionalización del diferendo.

UNA TRIBUTACION MÁS  INTEGRAL Y ESPECIFICA
   El tema del revalúo de las tierras destinada a la producción agropecuaria de la Provincia de Buenos Aires y sus implicancias tributarias a través de la reforma aprobada reinstaló una cuestión y un debate que tienen un largo historial en nuestro país.
 La orientación y las normativas básicas que sustentan los sistemas fiscales en cada país evidencian y reflejan la armonía y el
entramado de las  pujas e intereses de quienes detentan el poder económico. Nuestro país no constituye una excepción a esa inveterada regla.

  Existe un trabajo de investigación , realizado por el destacado tributarista cordobés y miembro del Plan Fénix, el contador Salvador Treber, quien fuera Titular del Banco Central durante los primeros años del gobierno de Don Raúl Alfonsín, que aborda esta extensa temática de los tributos que afectan al sector rural. Recordemos que el Plan Fénix, cuyo nombre completo es “ Hacia el Plan Fénix, diagnóstico y propuestas. Una estrategia de reconstrucción de la economía argentina para el crecimiento con equidad”, que ha dado lugar a la formación de un grupo de estudiosos y una medular experiencia de análisis que se inició allá por Octubre del 2001, llevada adelante por profesionales de la Universidad de Buenos Aires, de la que participó Treber junto a otros prestigiosos como el economista Aldo Ferrer, Daniel Azpiazu, Eduardo Basualdo, Marcelo Lascano, Jorge Katz, Benjamín Hopenhayn, Arturo O’Connel, entre otros, que aún hoy siguen publicando notas sobre su trabajo socio-económico inspirado en el modelo keynesiano y en los informes de la CEPAL, entidad ésta, que abarca una amplia mirada sobre América latina y el Caribe, recopilando indicadores de crecimiento y desarrollo de los países que la integran.

Volvamos al informe de Salvador Treber. Dice Treber , “que los dueños de la tierra poseen un diversificado arsenal de instrumentos de presión que le permiten distorsionar la estructura tributaria para su beneficio desde hace más de 70 años. A fines de 1973, el flamante Impuesto a las Ganancias sustituyó como base imponible la ‘renta real de la tierra’ por la ‘renta normal potencial’. Para eso un equipo coordinado por dos ingenieros agrónomos del INTA comenzó a elaborar un nuevo catastro y, entre 1974-1975 avanzaron para las provincias de Buenos Aires y Santa Fe. La tarea se vio interrumpida con el golpe de Estado. Una de las primeras medidas del ministro de Economía de facto, José Alfredo Martínez de Hoz fue incinerar todo ese trabajo, mientras que los especialistas figuran desde ese momento entre los desaparecidos”, recordó Treber.
 El cambio de imputación tributaria reorientó la imposición, no sólo sobre la situación patrimonial del contribuyente rural, sino que buscó privilegiar la base tributaria sobre el factor de la rentabilidad. Desde una mira técnica y objetiva, y tomando en cuenta los factores que inciden en el crecimiento económico; la variante respetaba un de los planteos más ortodoxos de la instrumentación de una economía eficiente.


EL REVALUO EN NUESTRA PROVINCIA
   Durante su visita a nuestra ciudad, unas semanas atrás, el Ministro de Agricultura provincial Gustavo Arrieta nos dejó algunas reflexiones muy interesantes, que buscaron traer claridad sobre el tema de la actualización inmobiliaria y tributaria que está sobre el tapete.                                                                                         “Quien hizo un buen trabajo sobre esto fue Agustín Lodola, que está en la dirección de Política tributaria. Que trató de revertir las grandes distorsiones que tiene el impuesto inmobiliario. Lo que se busca es poner un plano de justicia en el tema”, nos explicaba Arrieta en una de sus declaraciones.
En otro tramo  expresó que, “este atraso, esta falta de actualización, eliminó el aspecto de la progresividad del tributo- Por ejemplo, más allá de lo que es el valor fiscal, el impuesto que paga un campo importante en zonas como Rojas, que creo que es el de mayor valuación actual, paga el mismo impuesto que un campo de similar cantidad de hectáreas, de la zona de Dolores, donde está la depresión del río Salado”.
“Lo mismo pasa, según ese estudio de investigación, con Necochea, donde pagan el mismo impuesto  por hectárea, que el caso de campos de 9 de Julio, donde la valuación es casi un 50 % más alta”.

Más adelante, Arrieta comentó “El tema tiene, sus detalles, aquí están en juegos aspectos de rentabilidad, de la distribución equitativa de la riqueza, del sentido social de la tierra. Es lo que se está llamando, el nuevo paradigma. Hay todo un gran concepto que es la “ruralidad”.Comprende, el valor de la tierra, su productividad, su inserción social, la incorporación de tecnología, los salarios del peón rural. Todo juega en esta nueva valoración integral. Más aún, hay que trabajar sobre el producto regional, el valor agregado en origen, la manufactura del producto primario. Todo apunta a la mayor productividad, rentabilidad y más trabajo para todos”.

Sobre la tarea  realizada en la elaboración del estudio, agregó, “Se tomó en cuenta un valor promedio óptimo de hectárea, analizando todas las zonas de la Provincia. La cifra que resultó, rondaba los $ 19.000,- Este valor se multiplicó por un coeficiente que incorporaba, valor fiscal, productividad, rentabilidad, en base a la calidad de la tierra, distinto por supuesto para cada zona. La cifra resultante, la nueva valuación inmobiliaria, se dividió por la mitad, para   amortiguar el impacto impositivo”.
“El valor resultante significa la nueva valuación de la tierra. Sobre esa cifra se aplica la alícuota, que su vez se redujo de 4 a 1”.

LA IMPLICANCIA A NIVEL NACIONAL
Durante la conversación llegamos a uno de los nudos “gordianos” de esta reforma tributaria provincial, que consiste en que la nueva valuación incrementa los patrimonios individuales y caen bajo el alcance de otros impuestos de orden nacional
 El Ministro Arrieta explicó  que “de igual manera que el propietario de un camión de transporte moderno debe pagar por su patrimonio, que es un capital de trabajo también sujeto a las variantes de rentabilidad y riesgo de inversión, el propietario de un establecimiento rural debe tener las mismas reglas tributarias. Y si bien muchos de esos tributos son de orden nacional, hay que tener en cuenta que son aportes que el Gobierno Nacional los destina, por ejemplo al mantenimiento de universidades, hospitales, escuelas, construcción de rutas, entre otras inversiones a lo largo de todo el territorio”.
Retomando algo más del informe de Salvador Treber, mencionado al principio, leemos que Si se quiere cobrarle impuestos a través del Inmobiliario Rural es imprescindible mantener actualizados los valores fiscales de cada unidad de tierra y cercano a su valor de mercado para que no pierda vigencia”. Como correlato a esta afirmación, remarca que en la Provincia de Buenos Aires, de un 10 % histórico que aportaba a los montos generales de recaudación, actualmente ese cupo sólo representa el 2 %. Una situación similar se produce en Córdoba y Santa Fe, que conforman la trilogía de las provincias con  producciones agropecuarias de mayor volumen junto a Buenos Aires.
  En el mientras tanto, un intervalo   en la situación, a la espera del real y efectivo impacto tributario ha apaciguado las aguas, sin que ello signifique todavía la distensión total de la cuerda.

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