La producción de aromáticas: una oportunidad para microemprendimientos familiares
La Ing. Agr. Adela Castro, de la Estación Experimental
INTA Bordenave, considera que la producción de aromáticas, constituye una
oportunidad para el desarrollo de un micro-emprendimiento de tipo familiar.
El miércoles 30 de
mayo, fue una de las responsables del Taller de Aromáticas que se brindó en la
agencia INTA Benito Juárez, junto al Técnico Agropecuario, Marcelo Zorita, de
INTA Guaminí. Castro, dio una introducción al cultivo de aromáticas y destinos
principales, como así también detalles de la práctica de multiplicación de
plantas por división de matas, estacas y para el reconocimiento de especies.
Castro, explicó que su
experiencia en el INTA Bordenave, está vinculada a la medición de producciones.
“En general, nuestra zona de influencia, históricamente no es de producción de
aromáticas como Córdoba, Mendoza o Bariloche. Así, el rol más importante que
tiene la experimental respecto a este tema es generar material que pueda
adaptarse a nuestras condiciones”, indicó.
_ ¿Por qué factores no es una zona de
producción de aromáticas?
Castro: - No tiene que ver ni con las condiciones climáticas, ni del suelo,
sino a una falta de tradición. Para un
grupo importante de aromáticas, las condiciones ambientales son muy buenas.
Nosotros tenemos estudiadas algunas especies que son de interés comercial, pues
no sólo hay que buscar que se puedan adaptar a nuestras condiciones naturales.
_ ¿Qué especies son las que mejor combinan estos dos
factores en nuestra zona?
Castro: Orégano, tomillo, salvia y cedrón son buenas para nuestra zona. También los
lavandines y el caso de vetiver que no es de nuestra zona, pero es una cosa
bastante rara que persiste. No tenemos hecho análisis de calidad ni cantidad de
esencia que podamos mantener, pero como es una planta que tiene un interés
especial y estamos monitoreando porque está
recomendada por el Banco Mundial para fijar suelos de zonas anegadizas y
de mucha erosión eólica.
_ ¿Cuál es el mayor interés que se advierte en los asistentes a
las capacitaciones que brindan sobre aromáticas?
Castro: Obtener plantines para conocerlos. Por eso recomendamos que se busque
con mucho cuidado el origen del mismo, sobre todo si uno piensa en un
emprendimiento. No es lo mismo tener una planta para una huerta para un consumo
inmediato, que cuando uno piensa en algo de más envergadura. Ahí uno tiene que
ser muy estricto en el material que va a multiplicar porque puede encontrarse
con la ingrata sorpresa de que uno multiplicó un material que después no tiene valor
comercial.
_ ¿Cuánto tiempo demanda obtener rentabilidad
con una producción de esta naturaleza y con cuántas personas se debe contar
para el trabajo?
Castro: Eso depende del tamaño que se quiera lograr y del tiempo que se quiera
dedicarle. Tengo hecho un planteo teórico en base a los resultados que hemos obtenido
en la Experimental
de Bordenave, que demuestra que si uno empieza con 100 plantines y hace muchas
estacas, lo cual implica cortarlas, prepararlas, agacharse y ponerlas, puede en
cuatro años tener una hectárea, extensión que representa unos 55 mil plantines
para un orégano, un tomillo. También el
número de plantines va a depender de la maquinaria que pueda usar y de la
especie. Por ejemplo, con el lavandin que es una planta mucho más grande, se
alcanzarán unos 10 a
12 mil plantines por hectárea.
_ Una vez que la producción está, cabe preguntarse si es fácil
incursionar en el mercado
Castro: El mercado no es fácil. En todo el mundo, estos mercados son oligopolios.
Sin embargo, con esfuerzo se puede ingresar. No es lo que era antes vender
trigo, ni tampoco lo que es en este momento vender hacienda. Habría que
manejarse sobre los valores históricos que son dos dólares y medio el kilo de
despalillado. Si a uno sobre ese precio le interesa, tiene que seguir para
adelante.
_ ¿Qué recomendación tiene para quien quiere iniciarse en la
actividad?
Castro: A esta actividad, la veo para un núcleo familiar donde todo el mundo
aporta su trabajo, sobre todo, si desde el momento que se inicia hay que poner
mano de obra toda paga. No quiere decir que cuando se llega a cierto nivel de
expansión que se necesite ayuda no se puedan tomar empleados.
Hay gente que piensa
que para hacer un emprendimiento de este tipo hay que hacer una gran inversión
y salir a vender en muy poquito tiempo. Creo que eso es un riesgo muy grande.
Si fuera mi
emprendimiento, compraría poco material de diferentes orígenes, de diferentes
poblaciones, probaría que es lo que se adapta a mi zona y con esas plantas
madres empezaría el emprendimiento a escala mayor.
Estas plantas muchas
veces traen mucha ilusión, son bonitas, son gratísimas cuando anda con ellas,
por los aromas que tienen, por la diversidad, pero es una producción de tipo intensiva como la huerta: requieren
una atención cotidiana.
_¿Se necesita tener tierra propia?
Castro:
Creo que es lo mejor, excepto que uno tenga un convenio a muy largo plazo. Las
plantas de matas más chicas, recién al año y medio están en plena producción y
en el caso de los lavandines, hasta el tercero o cuarto año no producen. Uno
tiene que saber eso. El problema es el tiempo y el rechazo que se genera, es
preferible una extensión chica donde uno cuenta que la tiene por un período
bastante largo.
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