Una mirada hacia el Inti Raymi en su momento real, nos daría la visión del Inca Soberano cargado en una litera de oro y plata, acompañado de un séquito de dignatarios, al son de pututos, cornetas, tambores y quenas.
De
repente, el Inca se pone de pie y extendiendo los brazos le ora en quechua al
dios Sol, y en un acto de sumisión le promete obediencia, respeto y adoración,
mientras la multitud silenciosa permanece en cuclillas y descalza.
La Fiesta del Sol, se celebraba
originalmente en la
Plaza Huacaypata, convertida hoy en la Plaza de Armas del Cusco. El
escenario donde se representa el Inti Raymi hoy día, es la Fortaleza de
Sacsayhuaman, ubicada a 3671 msnm, en la ecorregión puna.
El 24 de
junio, es cuando el sol está en su punto más bajo y alejado del Cusco, allí se
da inicio a la sagrada Fiesta del Sol o Inti Raymi, apoteósica celebración del
mundo andino. Al aparecer los primeros rayos solares de ese día, el pueblo
jubiloso, en ceremonia presidida por el Inca Emperador, entonaba un haylli de
regocijo y alegría, adorando al dios Sol con los brazos abiertos.
En esta
fiesta ritual, que se celebra hasta el día de hoy, se agradece el regreso del
Sol al Cusco, ya que con el favor de su calor la tierra se fecundará, dando
inicio a la época de siembra, que traerá el bienestar a los hijos del
Tahuantinsuyo.
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