Por: Juan Carlos Mortati
Si desde nuestra ubicación geográfica
levantamos la vista un poco hacia el este, y miramos el mundo, cruzando el
Atlántico, ahí está Angola, en el
sudoeste de África, tocando sus fronteras con Zaire, Congo, Namibia,
Mozambique. Casi donde comienza a formarse el llamado “cuerno del África”,
donde los barcos de las potencias europeas de hace unos siglos doblaban para
dirigirse en busca de las especies y las riquezas de Asia. Otra veces, simplemente, hacían
puerto en las costas orientales africanas, ingresaban al territorio y se
apropiaban de poblaciones enteras, mujeres, hombres, niños, de “negros
africanos”, para, en nombre del progreso y la civilización traerlos, como
animales “sin alma”, y distribuirlos en toda América, como esclavos, como
fuerza bruta para los laboreos de sus vastas explotaciones comerciales.
“Dejarían sus historias y sus vidas en los
socavones del Potosí, en la cañaverales y cafetales de Cuba y Haití o en los algodonales
de Nueva Orleans…”, dirá Eduardo Galeano en “Las venas abiertas de América
latina” .Hoy el mundo “desarrolladísimo” se avergüenza y se escandaliza de
estos pueblos africanos. De su pobreza,
de su atraso, de sus luchas, del estilo de sus gobiernos, y de la gran
novedad, descubierta por las Consultoras y Calificadoras éticas, de su
corrupción.
EL EJE SUR-SUR
En dirección a
Angola, concientes de que el
mundo somos todos, fueron empresarios, comerciantes, profesionales y una
delegación del Gobierno Argentino junto a la Presidenta CFK. Una visita internacional que está dejando
muchos temas interesantes para repasar.
Colonizada en distintos períodos por holandeses y
portugueses, los territorios de Angola tuvieron una cronología turbulenta,
violenta y en un muchos casos perversa. La colonización sólo se movía por
intereses y ambiciones. Las situaciones actuales de muchos países de esa región
son productos de aquellos complejos y
retorcidos orígenes en que el progreso
de la vieja Europa avanzó, sin códigos y sin humanidad, sobre sus pueblos.
Vayamos a algunos
aspectos útiles de esta embajada argentina por esas tierras del río Congo-Bomá, Angola, que significa algo así como “pueblo o tribu de cazadores”,
o “Jefe de cazadores”, imagen que sintetiza magistralmente la esencia de la
vida de sus comunidades.
Durante el recorrido y los distintos encuentros, Cristina
Fernández fue deslizando reflexiones que iban configurando las ideas
substanciales de los objetivos del viaje, como “ la necesidad de fortificar el eje
Sur-Sur entre un país emergente y otro en reconstrucción” o bien buscar la
integración de “economías complementarias entre energía y alimentos “.
El rescate de lazos culturales entre los dos
continentes separados y unidos por el Océano Atlántico fue el eje de los tres
mensajes que en pocas horas dio Cristina Kirchner ante funcionarios y
legisladores angoleños y del cuarto ante los empresarios.
A su turno José Dos
Santos, presidente angoleño expresó, “Situados en las márgenes opuestas del
Atlántico, nuestros países deben aprovechar este océano para profundizar el
comercio y la relación recíproca”, y
señaló que “Argentina es un socio de cooperación internacional que interesa a
nuestro país. La experiencia acumulada los coloca en posición para realizar
inversiones directas o en asociación con empresas angoleñas para el desarrollo.
Esa mayor experiencia argentina puede contribuir a la formación de cuadros
angoleños que permitan elevar las condiciones técnicas locales”.
En la declaraciones de la Presidenta Argentina
volvió surgir un concepto que se había
planteado en las últimas reuniones de la UNASUR e inclusive había estado presente en el
temario de algunos de los enclaves de la G-20, en el encuentro del pasado año en Francia:
como fortalecer el eje sur-sur. Concretamente , hacer hincapié en concretar
acuerdo entre los países en desarrollo, todavía indemnes de la feroz crisis desatada
en la mayoría de los países europeos.
OTROS ARGUMENTOS CLAVE
“Estamos en un momento especial del mundo: los
antiguos colonizadores, hoy países desarrollados, se han derrumbado
estrepitosamente, han provocado un crac
financiero que se derrama sobre nosotros. El dinero dentro del banco no se
reproduce, tiene que salir para invertir en desarrollo, en agricultura,
ganadería, en dar trabajo. Este desafío es el que estamos viviendo”, precisó la Presidenta y se
esperanzó en la oportunidad de discutir en el G-20 el imprescindible recambio
de las prioridades políticas y económicas en función del nuevo mundo que se
está prefigurando. “Angoleños y argentinos, a las cosas”, dijo parafraseando a
José Ortega y Gasset, luego de corregirse atribuyéndole la cita a José
Ingenieros, y dando fin al primer discurso.
De este
último párrafo rescataremos una frase que contiene el anhelo substancial no
sólo de este viaje, sino que constituye un planteo esencial de los países
emergentes, “un imprescindible recambio de las prioridades políticas y
económicas en función del nuevo mundo que se está prefigurando”.
Los propósitos del Fondo Monetario Internacional,
refrendados en aquella conferencia de
1947 de Bretton Woods, New Hampshire, EE. UU, en los primeros años de la post
guerra, “buscando el equilibrio de las fluctuaciones de los precios
internacionales”, se fueron diluyendo tras la avaricia de los organismos financieros
y la presión de la deuda externa sobre los países miembros, que concluyó
transformarse en sus propios cadalsos.
Dentro e
esta estrategia de promover los acuerdos comerciales con los países del
hemisferio sur, es bueno repasar las cifras ofrecidas por la Cancillería. En la
composición de las ganancias argentinas producidas por balanza comercial como resultado del comercio
exterior del pasado año, el 40 % se logró en la comercialización con los países
africanos, tanto de la zona arábica norte como los ubicados por debajo del
Sahara. Ya que Brasil es un país
considerado dentro de las potencias emergentes importantes (BRICS: Brasil,
Rusia India, China, Sudáfrica), estamos imitándolo, ya que ha que últimamente, nuestro
vecino del Mercosur, a duplicado sus
exportaciones a África.
Otro renglón importante de los acuerdos de este
viaje al país africano lo constituye el referido a la transferencia tecnológica. Varios científicos
e ingenieros argentinos cumplirán una extensa misión en territorio angoleños.
El mundo
está teniendo variantes importantes para tener en cuenta, como lo dice el Nobel
de Economía 2009 Paul Krugman, y en ese sentido, últimamente, las economías
emergentes les han dado una lección a las catedrales financieras,
“comprendiendo que la regulación de la economía es más efectiva al orientarla
hacia las inversiones productivas”, (IECO, Clarín, domingo 20/5/2012).
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