Por: José Silva
Siempre habrá un País Nuevo y un País Viejo.
Podremos estar o no de acuerdo con lo que suceda en él,
pero jamás será fácil desprendernos de su inercia.
Cuando lo que proviene de sí mismo
es una energía asfixiante en la que quedas atrapado,
peligrando indefectiblemente desfallecer.
Y no es más que la fuerza que generas tú y consume él;
que irradia ese y desecha aquel.
Todos, y ninguno,
a la vez.
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